El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que aumenta del 25% al 50% los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio provenientes de casi todo el mundo, incluyendo a México. La medida comenzó a aplicarse desde el primer minuto de este miércoles (equivalente a las 10 de la noche del martes, hora del centro de México), tras ser anunciada el pasado 30 de mayo en Pittsburgh, Pensilvania, un estado clave para la industria siderúrgica estadounidense.
La orden ejecutiva justifica el aumento de tarifas como una respuesta más contundente contra los países que continúan exportando acero y aluminio a bajo costo a Estados Unidos, situación que afecta la competitividad de las industrias nacionales y representa una amenaza para la seguridad nacional. La medida busca proteger y fortalecer las industrias acereras y metalúrgicas del país.
Entre los principales afectados por este incremento de aranceles destacan Canadá, el mayor proveedor de acero para Estados Unidos, seguido por Brasil y México, cuyos productos abastecen principalmente a los sectores automotriz y de la construcción. En el caso del aluminio, países como Argentina, China y Rusia se ven también impactados por la nueva política comercial. Por otro lado, Reino Unido quedó exento de la medida debido a que es el único país con el que la administración Trump ha alcanzado un acuerdo comercial.
Un análisis realizado por BBVA señala que, aunque el aumento al 50% de los aranceles es significativo, se espera un impacto limitado para México, ya que las exportaciones de productos siderúrgicos representan apenas el 0.26% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Además, la aplicación previa de aranceles en 2019 sólo provocó una reducción del 10% en las exportaciones de metales a Estados Unidos.
Cabe destacar que México es también el principal destino de las exportaciones siderúrgicas estadounidenses, que representaron el 52% del total en 2024, según cifras oficiales. La industria acerera estadounidense ha mantenido un superávit de aproximadamente 1.2 millones de toneladas anuales desde 2015, incrementándose a 2.3 millones de toneladas en 2025. Mientras tanto, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos han regresado a niveles similares a los observados entre 2015 y 2017.
Esta nueva política comercial abre un escenario de incertidumbre para los sectores industriales vinculados al acero y aluminio en la región, que deberán adaptarse a las condiciones impuestas por la segunda administración Trump para mantener su competitividad y mercado.
