A dos años del trágico incendio en una estación migratoria en Ciudad Juárez, que dejó 40 migrantes muertos, activistas, organizaciones y ciudadanos se reunieron el 28 de marzo para exigir justicia y recordar a las víctimas. Durante la vigilia, que se realizó frente a la estación migratoria, se encendieron velas y se colocaron carteles con mensajes como: “La frontera es necropolítica”, “Pérez Cuéllar y Garduño culpables, se transforma el Instituto de Migración en crematorio” y “La frontera arde, la dignidad resiste” .
El evento fue convocado por diversas organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes, entre ellas el Servicio Jesuita a Refugiados, quienes siguen exigiendo justicia para las víctimas y sus familias, que aún no han recibido respuestas claras ni medidas concretas por parte del Gobierno mexicano .
Corona, un activista presente en la vigilia, señaló que el Estado mexicano no ha asumido su responsabilidad, y lamentó que las familias de las víctimas y sobrevivientes continúan sin obtener justicia. Criticó también la persistencia de una política migratoria que sigue criminalizando a las personas migrantes, lo que, según él, empeora la situación.
Una de las mayores críticas fue dirigida hacia Francisco Garduño, titular del Instituto Nacional de Migración (INM), quien sigue en su cargo tras la tragedia. Para la comunidad migrante y defensores de derechos humanos, esto representa un mensaje de indiferencia por parte del Gobierno mexicano.