La prolongada sequía y el tardío inicio de las lluvias han generado pérdidas significativas en el campo queretano, afectando alrededor de tres mil hectáreas de cultivos de temporal, de acuerdo con Francisco Perrusquía Nieves, presidente de la Unión de Organizaciones del Campo de Querétaro (Unoceq).
Perrusquía explicó que el cultivo más afectado ha sido el maíz, debido no solo al descenso de temperaturas durante el invierno, sino especialmente al retraso de las lluvias, las cuales comenzaron hasta finales de julio. Este fenómeno agravó las condiciones del temporal, sobre todo tras un largo periodo de sequía que impactó severamente el semidesierto y la Sierra de Querétaro.
En contraste, los cultivos de riego han registrado menos pérdidas, con unas 300 hectáreas afectadas, ya que este tipo de siembra opera en un entorno más controlado. Sin embargo, el líder campesino señaló que el panorama para el campo sigue siendo desalentador, ya que la falta de cosechas pone en riesgo la recuperación, la cual dependerá de que las lluvias comiencen oportunamente en marzo próximo.
Además, destacó que la temporada de cosecha de cebada y trigo ha resultado poco productiva debido a los bajos precios en los mercados, lo que afecta la rentabilidad de estos cultivos.
Ganadería también sufre los estragos
La sequía de años anteriores también ha afectado a los productores agrícolas que combinan su actividad con la ganadería. Perrusquía informó que estos agricultores han perdido hasta el 70% de su ganado, lo que agrava su situación económica y la capacidad de sostener sus actividades productivas.
Llamado a las autoridades
Perrusquía lamentó que los programas y apoyos federales destinados al sector agrícola se encuentren en condiciones críticas, incluso peores que en el sexenio anterior. Ante esta situación, agradeció el respaldo del gobierno estatal, pero llamó a las autoridades a nivel federal a prestar mayor atención a quienes producen los alimentos, garantizando recursos y programas efectivos para enfrentar los retos del campo.
El líder de la Unoceq concluyó que las condiciones actuales del temporal dificultan la producción y recuperación del campo, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de la región.