Ariana Grande y Cynthia Erivo compartieron con MILENIO los detalles de cómo fue recrear a Glinda y Elphaba, los clásicos personajes del musical que conquistó al mundo
Hay historias que nos recuerdan que aquello que nos hace diferentes puede ser más que un estigma, una fortaleza. Wicked. La historia no contada de las brujas de Oz, dirigida por Jon M. Chu, nos reafirma esa idea y nos lleva a conocer a Elphaba y Glinda, dos mujeres unidas por la amistad y separadas por la incomprensión de un mundo que teme lo que no entiende.
En esta primera entrega de la adaptación cinematográfica del aclamado musical, Ariana Grande y Cynthia Erivo encarnan a estas icónicas brujas que surgieron del universo del Mago de Oz, explorando cómo la exclusión y el prejuicio moldean no sólo sus personajes, sino también sus propias interpretaciones, ambas conectaron con sus roles de manera especial.
“Estamos disfrutando de nuestra amistad. Ambas entendemos cómo se siente ser diferente y caminar por el mundo con una mirada distinta sobre ti —comentó a MILENIO Cynthia Erivo.—; entender eso y crecer hasta comprender que lo que te hace diferente es lo que te hace especial, creo que ambas conectamos profundamente con estos dos personajes”,
La versión cinematográfica tiene el potencial de conquistar a una nueva generación que no tuvo la oportunidad de experimentar el musical. Al trasladar la historia al cine, la narrativa se abre a un público global, amplificando su mensaje de empatía.
“Eso esperamos, que inspire a las personas a mirar nuestras diferencias como positivas”, dijo ilusionada Ariana Grande.
La adaptación al cine de Wicked va más allá de los límites del escenario, llevando a la pantalla grande la magia y complejidad del universo del Mago de Oz. En esta versión, dirigida por Jon M. Chu, la esencia de las brujas que alguna vez fueron amigas se mantiene, lo mismo que el espíritu de las melodías, pero se sumerge un poco más en el libro de Gregory Maguire.
Y es que, dentro de este mundo fantástico y colorido, también se exploran los matices políticos, éticos y emocionales que subyacen en su historia. Wicked se presenta no sólo como un espectáculo visual y sonoro, sino como una reflexión poderosa sobre la amistad, el poder y la verdad en un mundo donde lo maravilloso y lo trágico se entrelazan.